Zeppelin
Por fin.
Hoy, que comienza la Feria del Libro en Madrid, me entero de que Zeppelin, mi libro, está en la calle.
Editado por Pre-textos, Zeppelin es el libro de cuentos ganador del concurso Manuel Llano 2006. El jurado estuvo compuesto por José Manuel Benítez Ariza, Luis Mateo Díez, Ignacio Martínez de Pisón y Manuel Ramírez.
Si queréis saber más de él (y de mí) entrad en www.pre-textos.com.
Zeppelin está a la venta en cualquier librería y en la caseta que Pre-textos tiene en la Feria del Libro.
Espero que le guste a toda la gente, pero especialmente a los amigos que he hecho con este blog, con el que disfruto tanto, y que me ha llevado a conocer a Conde-duque, Mabalot, Rayuela, Ana Pérez Cañamares, Manuel Jabois, Juan Domingo Fernández, Jorge Ordaz y tantos y tantos otros que tengo agregados a esa lista ya casi interminable que surge a la izquierda del monitor y que se llama Favoritos. Leyéndoos me lo paso muy bien. Con vosotros se ama la literatura. Gracias.
viernes, mayo 25, 2007
lunes, mayo 21, 2007
Cena (II)
El buen espárrago es el que parece una varita mágica.
Las alitas de pollo parecen la pajarita del esmoquin del gallo.
Quizás el gazpacho (con poco ajo) sea el alimento para los vampiros vegetarianos.
El ojo del besugo en el plato no es el ojo de Dios, que todo lo ve, por mucho que a veces lo parezca.
El buen espárrago es el que parece una varita mágica.
Las alitas de pollo parecen la pajarita del esmoquin del gallo.
Quizás el gazpacho (con poco ajo) sea el alimento para los vampiros vegetarianos.
El ojo del besugo en el plato no es el ojo de Dios, que todo lo ve, por mucho que a veces lo parezca.
domingo, mayo 20, 2007
Cena (I)
Al decapitarlas, las gambas que comemos y colocamos frente a nuestra boca, realizan una grácil genuflexión.
Hay un momento en el que el tomate al horno se desilusiona y parece desinflarse.
Cuando oímos chisporretear la grasa del cordero en el horno parece que el animalillo vaya a salir corriendo.
De todos los colores que posee una buena ensalada el más desvaído es el del pepino. Por eso a veces se venga proporcionándonos ardor de estómago.
No es cierto que los granos de maíz sean las monedas de la ensalada.
Al decapitarlas, las gambas que comemos y colocamos frente a nuestra boca, realizan una grácil genuflexión.
Hay un momento en el que el tomate al horno se desilusiona y parece desinflarse.
Cuando oímos chisporretear la grasa del cordero en el horno parece que el animalillo vaya a salir corriendo.
De todos los colores que posee una buena ensalada el más desvaído es el del pepino. Por eso a veces se venga proporcionándonos ardor de estómago.
No es cierto que los granos de maíz sean las monedas de la ensalada.
sábado, mayo 19, 2007
jueves, mayo 17, 2007
miércoles, mayo 16, 2007
martes, mayo 15, 2007
domingo, mayo 13, 2007
viernes, mayo 11, 2007
jueves, mayo 10, 2007
Ancianos
Esos ancianos que en el cuarto de baño mean fuera de la taza para marcar territorio, sí, esos son los que todavía andan con paso firme por la vida.
La manía que exhiben ciertos ancianos de enumerar ocupaciones, de confeccionar pormenorizadas listas de tareas, es una forma de luchar contra el tiempo.
Esos ancianos que en el cuarto de baño mean fuera de la taza para marcar territorio, sí, esos son los que todavía andan con paso firme por la vida.
La manía que exhiben ciertos ancianos de enumerar ocupaciones, de confeccionar pormenorizadas listas de tareas, es una forma de luchar contra el tiempo.
martes, mayo 08, 2007
lunes, mayo 07, 2007
domingo, mayo 06, 2007
viernes, mayo 04, 2007
jueves, mayo 03, 2007
Libro
Me traje de la biblioteca un libro de Charles Baxter. Lo encontré como el que encuentra un tesoro, mientras vagaba entre las estanterías. La portada muestra un buzón de correos y una inmensa llanura delimitada por el horizonte. Me gustan los cuentos de ese hombre. En la primera página, el sello y la tarjeta con la fecha de devolución. En la segunda página, a lápiz, mi número de teléfono y la leyenda: “llamar y decírselo”. Nada más. No sé quien tiene que llamarme, no sé quien tiene que decirme algo. No sé si será importante. No sé quien ha leído ese libro antes que yo.
Me traje de la biblioteca un libro de Charles Baxter. Lo encontré como el que encuentra un tesoro, mientras vagaba entre las estanterías. La portada muestra un buzón de correos y una inmensa llanura delimitada por el horizonte. Me gustan los cuentos de ese hombre. En la primera página, el sello y la tarjeta con la fecha de devolución. En la segunda página, a lápiz, mi número de teléfono y la leyenda: “llamar y decírselo”. Nada más. No sé quien tiene que llamarme, no sé quien tiene que decirme algo. No sé si será importante. No sé quien ha leído ese libro antes que yo.
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