martes, junio 17, 2008

Hasta pronto

A veces uno olvida lo que desea hacer y hace lo que debe hacer. Es mi caso.

Debo, es urgente y necesario, dejar el blog por una temporada y dedicarme a otras cosas. Pero prometo volver. Y pongo fecha: el 15 de julio.

Nos vemos.

lunes, junio 02, 2008

Días (III)
Acerco a los niños al colegio. Dentro del coche huele a tabaco. Parece que los semáforos se cierran al verme llegar. Los cristales se empañan. Las farolas siguen encendidas a pesar de que hace rato que ha amanecido.
Luego aparco en doble fila a la puerta de casa para que Vero lo recoja (miro hacia la ventana y está todavía encendida) y voy andando hasta el metro. La gente a esa hora corre y yo también corro. El torniquete del metro no funciona, así que me cuelo. Tengo metrobús, pero me cuelo. El del violín del pasillo de la línea 7 ya está desenfundándolo. Camino deprisa. Nadie es capaz de caminar despacio en el metro: sería arrollado. Los que mueren arrollados o víctimas de algún ataque (de histeria, al corazón, de tristeza) son arramblados en los depósitos que hay tras esas puertas pequeñas que existen en algunos pasillos. Los vigilantes jurados nos vigilan a todos, por si desfallecemos.