lunes, diciembre 21, 2009

Ayer

Amaneció un día luminoso y gélido.

Leí los periódicos en internet a primerísima hora de la mañana.

Fuimos a comer a casa de mis padres y comimos patatas rellenas.

Dormí una siesta grandiosa.

Estuvieron en casa dos amigos a los que hacía tiempo que no veía. Uno de ello venía de lejos, de Argentina y Uruguay, de esquilar ovejas. Nos habló de la Patagonia, de Fontanarrosa y de las librerías argentinas, en las que los libreros entienden de libros. Bebimos vino y hablamos muchísimo, hasta la madrugada.

sábado, diciembre 19, 2009

Ayer

Amaneció el día claro.

Fui a Ikea y me enfadé conmigo mismo por sentirme parte del rebaño. Compramos accesorios innecesarios para cocinar, una maceta, una lámpara y cinco frascos de arenques en salsa de pimienta.

Tomé café con pasteles.

Ví por primera vez la iluminación navideña de Madrid.

Pensé en todos los cuentos que no he escrito.

viernes, diciembre 18, 2009

Ayer

Hizo frío, y me abrigué.

Fuimos a comprar y el supermercado estaba lleno. La gente compraba jamones empaquetados en cajas como si fueran a acabarse.

Me acordé del Sr. Nilson, el mono de Pippi Langstrumpf, y de Pequeño Tío, su caballo.

Pensé que todo en esta vida está en equilibrio y que lo que se nos da por una parte, por otra se nos quita.

Me visitó, de nuevo, el insomnio.

jueves, diciembre 17, 2009

Ayer

Me dolió la cabeza toda la mañana.

Fuimos a comprar unas aletas de goma para que A. las utilice en la piscina.

Se fundió una luz de la lámpara del salón.

Revisité algunos blogs que tenía olvidados.

Comencé a leer Carpe Diem, de Saul Bellow.

miércoles, diciembre 16, 2009

Ayer

Quedaban hojas en los árboles. Amarillas, con manchas, arrugadas.

En el trabajo, una señora, apoyada en el mostrador, me dijo: "A que estoy guapa". Yo contesté que sí, y creo que me sonrojé, y ella me contó que había ido a la peluquería, que su hija estaba de Erasmus en Austria, que estudiaba arquitectura, que le mandaba un paquete con comida. "Adios,hijo, adios", pagó, sonrió y se fue.

Pasé más de una hora en un atasco. Con vaho en los cristales.

Me enteré de que un conocido sufre una enfermedad grave. Tiene una hija que se llama como la mía.

Compré lotería.

martes, diciembre 15, 2009

Ayer

Nevó. Débilmente, por la mañana.

Desayuné un café con leche muy cargado y muy caliente.

Me acordé del Capitán Trueno, de mi infancia, de los coches de choque en las fiestas de Vicálvaro, de una canción de la que no recuerdo el título, de las noches de finales de verano.

Miré por la ventana y apoyé la frente en el cristal frío.

Casqué una nuez.

lunes, diciembre 14, 2009

Ayer

Ayer desayuné pronto.

Ayer no compré el periódico.

Ayer dimos un paseo y se me heló la cara. Me sentí bien.

Ayer vi en la televìsión una entrevista con Antonio Muñoz Molina. Me parece una buena persona y un escritor pesado.

Ayer cenamos tomates al horno con rúcula.

domingo, diciembre 13, 2009

Ayer

Ayer amaneció el día frío y con niebla.

Ayer volví a pensar que se avecinan las Navidades.

Ayer no me afeité. Me miré en el espejo.

Ayer tapé con un trapo de algodón la jaula de los pájaros, porque, según dicen, se avecinan noches en las que helará.

Ayer leí Miles City, Montana, un cuento de Alice Munro y me emocioné. La escritura de esa mujer se parece a la lluvia cayendo al mar.