martes, junio 02, 2009

Primavera

Hace un calor que convierte en difuntas las mejores intenciones.
Se asoma uno a la ventana en estas horas de luz y pólenes de todas clases y dan ganas de quedarse quieto, de no moverse, si acaso de mimetizar el estilo de esos pájaros que suben y bajan de la rama del árbol como si probaran con un poco de asquito un menú de Adrià.

1 comentario:

BB dijo...

El calor puede lograr eso de
asesinar las mejores intenciones.
Sería estupendo poder mimetizarse
a gusto y confundirnos en ese
vuelo nervioso del pajarillo,
que parece probar, con asquillo,
el menú de Adriá. (Es así de
malo, a pesar de su fama?)
Un beso
BB