La anciana está sentada en la butaca. El patio está recién regado. Corre el agua hasta el albañal. Huelen la hierbabuena y la menta.
Dice la anciana: “Mi cumpleaños fue ayer”.
“No, madre. Su cumpleaños fue en octubre”.
“No me disgustes. Yo ya tengo edad para cumplir años cuando me salga de las narices”.
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