Mono
Siempre que la puerta de la habitación está abierta miro, y allí, al final, sobre la cama, veo al mono cejijunto de ojos grandes, con el plátano a medio pelar entre sus manos enormes, que me sonríe desde el cabecero, emergiendo entre bambis de grandes pestañas y ositos de mirada acuosa. En un momento me acuerdo de Tarzán, de la selva, del taparrabos, de las lianas...
3 comentarios:
Glup, ¿estás seguro que se trata de un mono y no de un amigo?
Veo que te visión anda a caballo entre la infancia y el descubrimiento de Kafka. Seguro que me equivoco pero la evocación ajena casi nunca nos pertenece.
Saludos y gracias por tu visita a Mademoiselle.
Anónimo valenciano: No estoy seguro, la verdad.
Sonia: bienvenida.
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