domingo, febrero 05, 2012

Domingo

Qué puede haber mejor que meterse arrecido a las seis de la mañana en la cama en la que te espera un cuerpo calentito, del que conoces todas sus curvas y junturas. Y mientras te tumbas parece que hiciera un siglo desde que te levantaste a tomar un café, leer el periódico en el ordenador y esperar a que se enfriasen tus pies para volver a la cama, de la que el insomnio te ha sacado.

2 comentarios:

J. G. dijo...

y no sólo por el insomnio, sino una simple necesidad de evacuar aguas menores ya es suficiente para el agradable regreso a esas curvas.

la luz tenue dijo...

Volver. Abandonar el frío.
Un saludo, J.G.