lunes, mayo 25, 2009

Mario

Ya tenía arrugas en la frente a los dieciséis años, ya sabía más que nadie cuando todos se fumaban los bisontes sin boquilla en manada. A los dieciocho se largó con una separada cuarentona que le dejaba conducir su 600 con una mano, mientras que le exigía que la otra estuviera sobre su pierna todavía dura, todavía musculosa.

Bebía y bebía bien porque le sentaba como a Dios. Ella le regalaba joyas que él malvendía, y nunca le faltaba el dinero. Hasta que la cuarentona se cansó. Al 600 le rascaban las marchas y lo dejaron. Eso fue hace más de treinta años. Acumuló arrugas en la frente, caries en su dentadura y polvo en su melena recogida en una coleta. Parecía que le lloraban los ojos. Sobrevivió con una sonrisa y un gesto como de disparar apuntando con el dedo corazón, como si fuera un bandolero.

Conoció a muchas y acabó casándose con una. Tuvo que ser así, dice, y menea la cabeza, cuando me lo cuenta. Se separaron a los pocos meses, pero les dio tiempo a hacer un hijo, un chaval que ahora tiene dieciocho años y que se va de marcha con su padre, que comparte rayas con él en los conciertos de los colegas y que resiste hasta las tantas de la mañana con los ojos saltones, que resiste echándole las manos a los hombros y susurrándole viejo, viejo, cómo te enrollas.

5 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Yo creo que esos padres quedan muy bien en las películas, a lo mejor, y en los anuncios, pero en el fondo causan lástima. Creo yo.

BB dijo...

Patético relato. Siempre me
cuesta aceptar que existan
este tipo relaciones aberrantes,
pero las hay y me duelen.
Un beso
BB

la luz tenue dijo...

Mario existe. No tiene casa, no tiene coche, no debe recibos, no debe hipotecas. Aun así le cuesta llegar a fin de mes. Vive con sus padres, que son muy mayores (su padre está medio sordo). Su hijo vive con la que fue su esposa.
Puedo decir que es un buen compañero. Que tiene un sentido del humor exquisito, que es un optimista de tebeo, que canta flamenco bastante bien. Y que toma las Mahou cinco estrellas con el estilo con el que tomaban wisky en las pelis americanas de los años 40.

la luz tenue dijo...

Es que cada uno es como es. Hay gente especial, o extraordinaria, o rara. Pero eso es lo bueno, que no seamos todos iguales.
Un abrazo, Miguel.
Un beso, BB.

BB dijo...

Por fortuna, no lo somos, diría
yo, pero es muy fácil tomarse
la vida a broma, vivir recostado
de los demás, lo que le da el
tiempo para cantar flamenco,
contar chistes, drogarse hasta
el amanecer y además, ser "un
buen tipo". Cool...