La luz tenue
Me muero si no escribo. Me muero si escribo.
viernes, septiembre 24, 2010
Jornada laboral
Cuanto más cansancio laboral, cuanto más hastío, más me fijo en los escotes femeninos.
Los escotes de las mujeres que cruzan el vestíbulo, que se acercan al mostrador para enviar una carta o un giro son el precipicio deseado, ideal, de la jornada.
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