miércoles, marzo 02, 2011

Cebollas

El anciano se para, azadón al hombro. Lo deja en el suelo, saca un paquete de ducados, resopla, mira hacia el final de la calle, enciende un cigarrillo. Que no me vea fumar la Berta, resopla. Después de unas caladas pregunta: Qué tal por Madrid, salao? Mucho coche, contesto, y sé que le apetece hablar.

Dice que ha plantado mil trescientas cebollas. Para toda la familia, hasta para los tres biznietos. Le han ayudado a plantarlas dos de sus hijos. Se desriñonan, los jóvenes se desriñonan. Voy y vengo. Está uno medio malo, pero yo si salgo de casa no es para pasear. Que pasee la Berta. Yo tengo que sacar algo en claro. Plantar algo en la huerta, partir leña, recoger los huevos de las gallinas.

Dinero no tengo, pero memoria, ay, memoria tengo mucha. El cementerio nuevo lo inauguraron el año 89, y desde ese año tengo yo un cuaderno en el que apunto a los que se van. A todos. En esta calle éramos muchos: Antonio, el otro Antonio, Pedro… ya quedamos pocos para celebrar los cumpleaños con un café y una pasta flora. Si alguien tiene alguna duda de fechas, mándamelo, que abro el cuaderno, que yo soy el notario de los muertos.

Me gustaría tener una grabadora a mano cuando este hombre se pone a hablar y cuenta y cuenta, mientras mira al final de la calle, por si se asoma a la puerta Berta. Habla este hombre alzando y bajando la voz, en plan épico.

He hecho de todo. He pasado hambre, pero no más que otros que tenían más obradas y una yunta. Se igualaron las cosas hace tiempo. Ahora vamos todos a misa y nos sentamos todos en el mismo banco. He sido labrador, mayormente. Pero también he capado cochinos, he ido a las ferias a comprar y vender mulas, he sido cartero. Y fui el portero del baile, porque este pueblo tuvo baile, aquí donde lo ves, y yo cobraba las entradas. Más de una pareja la he arreglado yo, en la puerta. Cuánto cuchicheo. A mí me utilizaban de celestino, y no es una ignominia decirlo.

Asoma Berta a lo lejos y se va el juglar, calle adelante. Recuerdos a los madriles, salao, dice.

12 comentarios:

Jesús Miramón dijo...

No sé si lo habrás visto, pero por si acaso te recomiendo encarecidamente un documental titulado El cielo gira. Recuerda: El cielo gira. De algún modo compartís un territorio (en toda la acepción de la palabra).

Tu texto maravilloso. UN abrazo.

U-topia dijo...

Hummm... cómo me recuerda en parte a mi padre. Y digo en parte porque él marchó a la ciudad y era metalúrgico, pero eso sí, no renunció a tener un huerto. Qué filosofía de la vida tan clara y sencilla.

Me ha gustado mucho tu texto.

Un abrazo!

la luz tenue dijo...

El cielo gira. Apunto el nombre, Jesús.
Lo he buscado en youtube y he visto algunos pasajes. Tiene muy buena pinta. A ver si me puedo hacer con él.
Gracias. Un abrazo.

la luz tenue dijo...

Hola, Laura:
Sí, lo del huerto para algunos personas es como el aire, indispensable. No me extraña que tu padre no olvidara el huerto aunque estuviera en la ciudad. El mío hizo lo mismo. Hasta hace muy poco tenía un huerto al que quería como a sus nietos (eso dice).
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El cielo gira, sí, esa tienes que verla, la pusieron hace nada por la tele. Tienes que ver al tipo que sestea mientras los del PP vienen a pegar carteles a la aldea... Es este mismo tuyo, pero después de sembrar tantas cebollas.
Abrazo.
Poli

Anónimo dijo...

José Manuel, ¡qué maravilla! Es que me encanta, simplemente, sin más...

Un beso,

la luz tenue dijo...

Intentaré conseguirla, Poli. Cuando ponen en la tele una película de estas, buena y que se pueda ver, nunca me entero. En mi casa tengo que luchar con todas mis fuerzas para ver algo que no sea el canal Disney. Las preadolescentes se adueñan del mando a distancia a nada que te descuides.
Un abrazo.

la luz tenue dijo...

Gracias, Alice. Me alegro de que te guste.
Un beso.

Jesús Miramón dijo...

José Manuel, he subido mi copia, bastante buena, a mi Dropbox, la tendré allí durante un mes o así, de este modo podéis bajar el documental, en descarga directa, desde aquí:

El cielo gira

Un abrazo.

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Hay unas escenas en las que hablan dos marroquís, uno pastor de ovejas y el otro corredor de fondo semiprofesional. En una versión de peor calidad había subtítulos pero en la que te dejo aquí, a pesar de la mejor calidad de imagen, no los hay. Que sepas que sólo hablan del tiempo, de los corderos, de las carreras a las que va a presentarse el atleta, etcétera. Espero que te guste el documental.

Jesús Miramón dijo...

Por si acaso: para descargar picar sobre el enlace en el botón derecho del ratón y elegir descargar archivo enlazado. Como es descarga directa la tendréis en un rato.

la luz tenue dijo...

Jesús, después de muchas vicisitudes, porque en esto del internet tengo una torpeza muy desarrollada, he bajado la película y he podido verla.
Gracias.
Es buenísima.La he visto en compañia de mi mujer. "Es que es lo mismo, es que es lo mismo", decía. La gente, los paisajes, las conversaciones sobre el panadero, los páramos azotados por el aire...
Reconozco a los personajes y reconozco también esos paisajes, con las líneas del horizonte que pinta el pintor.
Gracias, de nuevo, y un abrazo, Jesús.

Jesús Miramón dijo...

Sabía que te gustaría. Como decía al principio compartís un territorio. Y además es una película extraordinaria, maravillosa. Me alegro mucho de que os haya gustado. Un abrazo.