viernes, abril 08, 2011

Historias del cesped (V)

Era verano y él había decidido que no acudiría más al instituto. Había algunos que se fumaban los porros con ansia, para que brillaran sus ojos y se les pasaran las ganas de llorar. Conocía a otros que ingresaban en el paraíso a través de las porterías de futbito, celebrando el gol en la red. Los había que buscaban como podencos cadenas de las que liberarse y solo veían al bedel, que les rogaba que no gritaran en el vestíbulo. Él era ya otro. Él trabajaría en el Mercadona, haría turnos, y llegaría a casa cansado de trajinar con el pescado o con la fruta. Dormiría bien. Conocería las ofertas, saludaría al encargado, puliría el suelo. Se reiría de todo. Tendría dinero para ir con ella al paraíso, confiaba en que el camino le fuera mostrado. Los dos pensarían en el césped del Allende y, al mencionarlo, reirían. Recordarían los atardeceres de los días del verano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues parece que él la quiere y yo que pensaba que había sido un apretón...