lunes, mayo 28, 2012

COMUNIDAD DE PROPIETARIOS (primero D)

Ion estornuda y se suena los mocos. Está solo en la gasolinera en la que trabaja. Los surtidores parecen artilugios de otra galaxia, iluminados en medio de la oscuridad. En la madrugada hay pocos cliente. A veces se acercan a la cabina en la que él se encuentra algunas prostitutas que trabajan en el polígono industrial. Vienen en grupo y se ríen de él. Le ofrecen sus servicios. Eh, tú, gasolinero, le dicen. A veces son tiernas, sus movimientos lentos como cantos de sirenas salidas del fondo del mar, y otras exhiben una brutalidad inesperada, como de adolescentes malcriadas. Se llevan coca colas y chicles de los expositores, y casi siempre lo pagan. El jefe de Ion no las quiere cerca de la gasolinera, pero él poco puede hacer para espantarlas en medio de la madrugada. En cierta ocasión Ion tuvo que salir a defender a una de los ataques de un cliente atiborrado de coca. Gritó como un energúmeno en su idioma (en realidad estaba rezando a voces) y exhibió el palo de la fregona. Al final el tipo guardó la navaja, subió a su deportivo partiéndose de risa, derrapó un par de veces y se marchó.

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