lunes, agosto 13, 2007

Intersección
Encuentro por la calle a un amigo del instituto al que hacía tiempo que no veía. De pronto parece que dos torrentes confluyen allí, que van a dar al único mar de los años. Palmadas en las espaldas. Espuma en nuestras respectivas preguntas. Risas. Nos hablamos, nos contamos.
Pero en unos minutos —los dos— nos damos cuenta de que en el recuerdo del otro no somos los que fuimos. Hay alguna pieza que no encaja. Ninguno hemos ido en la dirección que el otro sospechaba.
Y nos separamos preguntándonos qué hicimos en aquellos tiempos para que ahora nuestros caminos no puedan cruzarse. Ya ni siquiera podemos apoyarnos en los demás para reafirmarnos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

O quizá qué dejamos de hacer...

Esa sensación descorazona un poco. Pero se suaviza al comprobar que no nos ha ocurrido con todos igual.

Alegra leerte de vuelta, entre las olas de la red. Espero que hayas pasado unos días estupendos.

Mamen Alegre dijo...

Cuando los años nos separan aparecen nuevas piezas de nuevas series que no son compatibles con las de versiones anteriores, creo que es por eso...

:)
Saludos, feliz regreso.

la luz tenue dijo...

Hola,Marta. Hola, Malegar.
Sí, parece que los caminos pueden transcurrir paralelos, pero no durante demasiado tiempo.
Un saludo.