domingo, febrero 10, 2008

Cuento (I) En casa
Nos sentamos a desayunar. El mayor habla de una excusión que debe realizar. No hemos firmado todavía la autorización. Es como si no existiera, se queja, y sorbe el contenido de su taza. El pequeño derrama la leche sobre el mantel. Juana se pone a llorar, desconsoladamente. No sé si atender a sus lágrimas o a las tostadas, que se queman. Dice que ayer olvidó comprar galletas. Por eso llora. No tiene otro motivo. De verdad, dice, no tengo otro motivo para llorar. Te lo aseguro. Digo que me lo creo.

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