viernes, enero 09, 2009

Vacaciones de Navidad

El patio de madrugada. Los geranios en penumbra, la sombra del árbol seco. Se oyen ruidos si se presta atención.

Va al cuarto de baño dando pequeños saltitos. Y luego vuelve, a cobijarse entre las sábanas y sentir la respiración de ella como la de un buque en medio del mar.

Antes de cerrar de nuevo los ojos e intentar dormir mira el techo, con esas vigas de madera, enormes sobre sus cabezas. Se ajusta la sábana a los hombros, coloca la cabeza sobre la dura almohada. Corrige la posición y piensa que pronto amanecerá y comenzaran a sonar las palomas que anidan en el hueco del tejado, las que andan a la pata coja, como si taconearan. Todos los pájaros del pueblo terminarán por despertarle y ya habrá salido el sol.

3 comentarios:

Mamen Alegre dijo...

Precioso.

Despues de tanto tiempo sin leerte José Manuel, es un placer reencontrarme de nuevo con tus maravillosos escritos.

Un saludo.

Mamen A.

Miguel Baquero dijo...

Di que sí, Martín, qué agustito se está en la cama cuando empieza a amanecer y no hay prisa por levantarse

la luz tenue dijo...

Hola, de nuevo, Mamen. Gracias por seguir ahí.
Un saludo.

Miguel: Y que lo digas. Sobre todo, no hay nada como no tener obligaciones al levantarse.