domingo, septiembre 06, 2009

Fiestas


Vete a las fiestas patronales de un pueblo, con su plaza, con su olmo seco, con su orquesta y sus pasodobles, sus charangas, sus peñas, su limonada en cuba, su vino desde por la mañana, sus madrugadas etílicas, e intenta leer, en los tiempos muertos, en las siestas, por ejemplo, “De la brevedad de la vida”, de Séneca.

5 comentarios:

Miguel Angel Gara dijo...

Conociéndote seguro que hubo vino y Séneca a partes iguales. Un abrazo a todos.

BB dijo...

¿Séneca sería el complemento o la
resaca? Los sueños, las ilusiones,
los amores, la vida, todo es breve,
o de no serlo así, no quiero
pensar que podría ser... aburrido?
Un abrazo
BB

la luz tenue dijo...

Hola, Miguel: Ya sabes en qué consiste esto. Cordero, vino, cerveza, familia...
Yo lo aguanto narcotizándome. Me narcotizo de manera exhaustiva. La experiencia me ha hecho encontrar las dosis justas, de tal forma que, como Santa Teresa, en estos días, y debido al alcohol, "vivo sin vivir en mí"...
Las siestas, que los demás utilizan para la tertulia familiar, yo las aprovecho para retirarme a mis aposentos e intentar leer. A veces lo consigo, a veces ronco.
Un fuerte abrazo.

la luz tenue dijo...

Hola, BB: Yo creo que sí, que Séneca sería el complemento a la resaca. Algo así como un analgésico.
Estoy de acuerdo en que todo es breve. Por ejemplo, la juventud. La prueba de ello es que la juventud se va yendo y mi cuerpo ya no aguanta bien estos excesos.
Un abrazo.

BB dijo...

...Ni "los pocos sabios que en el
mundo han sido"... podrían rebatir
lo que dices sobre tu "sacrificio".
Entonces:
¡viva el vino spumeggiante
nel bicchiere scintillante!
decía Turiddu, en Cavallería
Rusticana...
Perdona, pero ya me volví operática.
Un abrazo
BB