martes, septiembre 01, 2009

Girasoles


Al atardecer fuimos a pasear por el campo. Hacía un calor tremendo, terrible, un calor de cuento de Aldecoa. Nos detuvimos ante un campo de girasoles. Miles de ellos miraban al sol, con su cabezón amarillo, en una sincronía perfecta. Pero, en medio, dos entre tantos miles miraban a otro sitio. Hacia el pinar, creo.

5 comentarios:

BB dijo...

Nunca faltará quien marche al
sonido de otro tambor...
Un beso,
BB

la luz tenue dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
la luz tenue dijo...

Es que siempre miramos hacia el mismo sitio. A veces necesitamos otro punto de vista.
Un beso.

Marta dijo...

Aunque sea silenciosa, continúo siguiendo tus historias y no dejan de envolverme nunca. Porque me maravilla que, con tanta sencillez y brevedad, puedas transmirnos tanta alegría, ternura, nostalgia o tristeza.
Gracias por seguir ahí. Escribiendo.

la luz tenue dijo...

Muchas gracias, Marta. Gracias por seguir ahí.