miércoles, septiembre 02, 2009

Gallinas


El hombre sufre un cáncer sin remedio que le tiene agostado el cuello. Está siempre en la penumbra del salón de su casa, pensativo. Ante quien le va a visitar hace una especie de resumen de su vida. Todos los que le conocen coinciden en que ha sido una persona trabajadora, honesta. Un buen vecino. El hombre, tocado con una gorrilla y calzando zapatillas de felpa, siempre termina diciendo: “Y antes de morirme tengo que quitar las gallinas. Porque las gallinas solo dan qué hacer. Mucho trabajo, pocos huevos. Tengo que quitar las gallinas antes de morirme”.

2 comentarios:

BB dijo...

Nadie ha comentado esta entrada
y yo me he quedado pensando en
su oculto mensaje...¿Por qué
su obsesión con las gallinas?
BBBesos

la luz tenue dijo...

No sé, la verdad. Pero es verídico.
Un beso.