miércoles, septiembre 22, 2010

Mosca

Viene un señor a Correos para enviar un giro. Su hijo, que está en Tenerife y ha perdido la cartera, o se la han robado, que necesita el dinero. Viene con una mosca a la altura de sus ojos. Lo sé porque le veo espantarla con las manos mientras espera su turno.

Luego, mientras me dicta los datos para el giro me dice que la mosca lleva con él desde primera hora de la mañana, y son casi las dos. Intenta espantarla de nuevo. Le digo que qué raro, porque ya parece que no hace calor para moscas. Ya, contesta, pero aquí me tienes, con ella. No me abandona. Y manotea de nuevo, ahora con una mano y después con la otra.

Intento animarle diciéndole que he oído que la vida de las moscas no sobrepasa las veinticuatro horas.

No sé yo esta, no sé yo… Dice mientras firma el impreso, paga, y sale de Correos con la mosca tras él.

5 comentarios:

Arancha C. dijo...

Yo también tendría la mosca, pero detrás de la oreja... Curiosa escena.

Manuel Abacá dijo...

Muy buena la historia. Parece que al hombre le quede menos tiempo que a la mosca.

Miguel Baquero dijo...

¿24 horas? Hay moscas, lo sé por experiencia, que te pueden estar rondando todo el verano. Te esperan a la puerta de casa, se acoplan alrededor de ti, y ya no te sueltan hasta la noche... y al día siguiente lo mismo, la misma mosca.

Miguel Baquero dijo...

¿24 horas? Hay moscas, lo sé por experiencia, que te pueden estar rondando todo el verano. Te esperan a la puerta de casa, se acoplan alrededor de ti, y ya no te sueltan hasta la noche... y al día siguiente lo mismo, la misma mosca.

la luz tenue dijo...

Debería haber aparcaderos de moscas. Para librarse de ellas.