miércoles, junio 27, 2012

COMUNIDAD DE PROPIETARIOS (segundo C)

Juan conoce en los bares a gente rara.

No quiero juzgar, pero es verdad que hay gente rara de cojones, le dice al hombre que se  acoda junto a él en la barra.

Claro, dice el otro, tú mismo eres raro. Yo soy raro. Mira al camarero.

El camarero no es raro. El camarero es bizco, tío, y no es culpa suya. Dice Juan. Por ejemplo: Conozco a uno que trabaja de enterrador y que entierra completamente borracho a los muertos. Eso es ser raro. Está borracho desde por la mañana temprano. Alguna vez no va a acertar en el agujero con el muerto, te lo digo yo. Se ríe delante de los deudos. Se ríe con una risa floja que pone nervioso.

¿Hace daño a alguien?, pregunta el contertulio.

No creo. Si luego es un buen chaval. Dice que bebe porque no aguanta tanta tristeza.

Lo importante es que no sea un hijo de puta. ¿Es un hijo de puta?

No, dice Juan.

Pues entonces déjale que se ría.

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