martes, diciembre 05, 2006

Encuentro
Fui a comprar. En la puerta del centro comercial, bajo la lluvia, vi a un anciano vestido con zapatillas de felpa, pantalón de pijama y batín a rayas, de esos antiguos, de esos que dan la impresión de abrigar más de la cuenta. Estaba empapado. Leía algo en voz baja. Al cruzarme con él vi que lo que tenía en una mano era el prospecto de una medicina. Eso era lo que leía. En la otra llevaba la caja de lo que supuse el medicamento.
Cuando salí de hacer la compra ya no estaba allí. Quise suponer que el medicamento era para su esposa, que le esperaba en la cama, bajo las sábanas, arropada hasta la barbilla; y que a él, con la urgencia de las prisas de la enfermedad, no le había dado tiempo a vestirse como es debido. Quise imaginar que ella le esperaba con la boquita de pájaro abierta para que la pócima le sanara y pudieran seguir siendo felices.

2 comentarios:

conde-duque dijo...

Ojalá así fuera...

la luz tenue dijo...

Oí una discusión de una pareja de viejecitos en un ascensor que me dio miedo...Se insultaban con todo lo que solo ellos sabían que dolía.
Y también he visto a viejecitos mirarse con la ternura del puré, de las natillas con galletas, de las gafas para leer.
Pensemos lo mejor, Conde-Duque.