martes, enero 16, 2007

Otra vez hospitales
Nos alegramos secretamente de que el enfermo de la habitación contigua se encuentre peor que nosotros.

Las puertas giratorias de los hospitales no significan nada. Solo son puertas giratorias.

En la contabilidad de la Administración de los hospitales hay un apartado para los sanados y otro para los fallecidos. Al principio esa contabilidad se llevaba con palotes. Ahora Windows permite llevar una hoja de cálculo.

A las revistas que se le llevan a los enfermos a los hospitales se le borran las letras a las 24 horas. A los bombones que se les regala se les va el sabor a las 2.

Todos los visitantes de los enfermos están unidos por un hilo invisible que se rompe a la hora del término del horario de visita.

El oxígeno que se le suministra a algunos enfermos no es porque lo necesiten. Es porque así ven alguna burbuja.

No es cierto que los mejores cirujanos den la vuelta al ruedo al salir del quirófano.

Algunas enfermeras levantan la jeringuilla como si fueran a batirse en duelo.

3 comentarios:

Mabalot dijo...

Espero que se encuentre bien... Su literatura, fenomenal, como siempre, tan ramoniana...

la luz tenue dijo...

Me encuentro bien, pero yendo y viniendo a hospitales para visitar a una persona querida.
Escribir, en este caso, sirve si no para sanar, sí para no enfermar.
Un saludo.

Mamen Alegre dijo...

Buscamos desesperadamente una señal que nos indique que el enfermo vecino, se encuentra algo peor que nosotros.
Muy real, creo que estoy enganchada, a estas lecturas, tan cercanas, gracias.