jueves, febrero 01, 2007

Gente
Hay gente que pone triste.
Hay gente que nos traslada su tristeza.
Y hay otros, los más peligrosos, que al verlos nos inoculan el veneno del recuerdo, el de la posibilidad de lo que pudimos ser y no somos. No es que ellos sean eso que quisimos ser. Es, simplemente, que nos lo recuerdan. Puede ser un gesto, alguna palabra, una actitud, una mirada.

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