lunes, diciembre 31, 2007

Navidad
De madrugada, volvemos en coche de la reunión familiar. Silencio. No suena ni la radio. El vaivén de los badenes en la amortiguación del coche parece mecernos. Las luces de los semáforos brillan demasiado.
De pronto, el niño se despierta, saca una mano de debajo de la manta que le cubre, se apoya en su sillita, señala la luna que aparece tras unas nubes y dice: “la luna está rota”.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Los niños son los mejores poetas. (Por cierto, José Manuel, tu post 'La fea' me parece extraordinario. ¿Vas a seguir en esa línea? Un fuerte abrazo y feliz 2008.

la luz tenue dijo...

Juan Domingo, me alegro de que te gustara el post. Es completamente verídico. Se lo leí a mis padres. Mi madre dijo que recordaba aquellos días mejor que estos que vive ahora.
Uno de los propósitos que tengo para este año(aparte de una dieta, no beber tanto, hacer ejercicio...) es dedicar más tiempo a escribir y menos a esas tareas autoimpuestas que nos roban el tiempo y las ganas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

LuzTenue, feliz año. Qué linda historia la del niño. Y qué bueno suena ese propósito (escribir más, escribir más); me lo repito, me gustaría alcanzarlo.
Nos veremos por aquí en los próximos 366 días.
Como siempre, gracias por tus letras.

la luz tenue dijo...

Nos veremos, Marta. Y sí, a ver si escribimos más. Para ser mas felices.