martes, febrero 26, 2008

Pueblo (y XXIV)
Esta mujer que vende los huevos de sus gallinas y que se limpia las manos en el delantal nos regala un trozo de pastel. A esta mujer se le mató un hijo adolescente en accidente de tráfico este verano.
—Todo pasa, todo pasa. —Dice, cuando le preguntamos.—Veréis cómo os gusta, lleva nueces y almendras.

5 comentarios:

conde-duque dijo...

Sí. Hay gente resignada y sabia... y buena.
No mucha, pero haberla hayla.

la luz tenue dijo...

Sí, Conde, en todas partes hay gente sabia que, con un solo gesto, nos pone en nuestro sitio. Nuestras quejas no son nada ante las de esta mujer, si se quejase. No todo es tan importante, no todo es tan decisivo.

Por eso me gusta tanto ir al pueblo, porque es como si saliera de una jaula y se me abrieran más los ojos. Allí veo mejor, duermo mejor y descanso mejor.

Y no hablo de aquel sitio rodeado de pinares como de un lugar idílico y maravilloso, porque yo me canso mucho de estar allí (soy de ciudad, lo tengo claro)y podría, si quisiese, echar pestes del pueblo, pero reconozco que utilizar esa posible huida me viene muy bien. Vuelvo como nuevo.

conde-duque dijo...

Es una suerte tener pueblo, para ir de vez en cuando a desintoxicarse.
Siempre me ha dado envidia, porque yo no tengo. Lo más parecido está muy lejos, en Galicia. Y sólo voy unos días en verano.

la luz tenue dijo...

Yo tengo pueblo, pero me queda lejos y voy poco, aunque lo quiero mucho, (es en Extremadura), así que me han adoptado en el de mi mujer, que me pilla un poco más cerca.

Y repito que no todo es maravilloso en los pueblos. Por ejemplo: la autosuficiencia de los que los habitan, el desprecio por todo lo ajeno en general (y todo lo capitalino en particular), las zonas de ciénagas en pleno verano, las conversaciones sobre la infancia de los quintos (en los pueblos todavía hay quintos), los olores a gorrino que se meten hasta el paladar y hasta la guantera del coche (Segovia, junto con Lérida, son las provincias en las que más porcino se cría)...

No sé si todo esto te lo digo, Conde, para consolarte por no tener pueblo.

la luz tenue dijo...

Pero insisto. Lo que más me gusta del pueblo es que es como si saliera de una jaula. Es como si la realidad se hiciera más suave. O, por decirlo de otra manera, como si yo me hiciera más sensible ante todo.