Málaga (V)
Los niños hacen agujeros en la arena de la playa como si quisieran llegar a las antípodas. Pequeños tesoros en cubos de plástico azul: un cangrejo y cien pequeños guijarros.
Algunas mujeres se agarran los pechos como si fueran a escaparse. Otras tensan los músculos y se acarician las rodillas.
Las sombrillas parecen parabólicas para el móvil: la gente habla al auricular y parece pensar en otra cosa. Las boyas que se ven allá a lo lejos son el punto y seguido del horizonte.
Las páginas de los libros se llenan de sal y parecen pergaminos. Lecturas sobre la indolencia.
Hay gente que se relame en las duchas de la playa. Que se lava los pies de forma bíblica.
Caminar por la arena que quema para volver, para dejar paso a los que llegan.
5 comentarios:
He bajado a leer lo de Playas, que escribiste en este blog hace año y pico, y está genial. Me alegro que recuperes ese tono de greguería. Enhorabuena.
Muy bien siempre. Un placer tenerte ppor aquí otra vez.
Un saludo.
Qué placer indolente en esa playa. Para mí se acabó, mi cachorro ha salido a su padre y en cuanto pisamos la arena, no deja de repetir: ¿nos ponemos los japatos y nos vamos? en fin... tendré que conformarme asomándome a playas ajenas...
Pues gracias, amigos. Sigamos dsifrutando el verano, ¿no? Los que os vais y los hemos vuelto.
Un saludo.
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