viernes, septiembre 11, 2009

Terrazas


En las terrazas, tomando una cerveza fresquita, en estas tardes de final de verano, se producen las conversaciones más insustanciales, leves como mujeres con vestido al viento, piernas cruzadas y sonrisas melancólicas; como hombres sin tiempo para ir al cuarto de baño, porque no apetece levantarse.

Van los camareros entre las mesas con el itinerario aprendido y como gozosos de que les necesites, levantando la barbilla y agitando el mandil si les apetece.

Parece ser que en estos momentos en los que la espuma de la cerveza se posa en nuestros labios es cuando nuestros pensamientos se convierten en volutas indolentes, y surgen en la conversación, mezcla de olas, trampolines de piscina, ensaladas de tomate y cebolla, y noches sudorosas.

8 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Mi admiración de nuevo... y mi gusto por las ensaladas de tomate y cebolla

la luz tenue dijo...

Bueno, Miguel, gracias de nuevo. Tú sí que eres un campeón, que te superas una y otra vez en tu blog y con tus cuentos.

Alabo tu gusto por las ensaladas, y tu gusto también por las terrazas y las cervecitas, ¿no?
Que yo recuerdo la de cervezas que hemos disfrutado juntos, sea verano o no, intercambíándonos listas de libros y conincidiendo (casi siempre) en nuestros juicios.

Un abrazo.
Un abrazo.

la luz tenue dijo...

Pues eso: dos abrazos, entonces.

añil dijo...

Las terrazas son el espacio más añorado en los dias de invierno, aunque sólo sea por eso de las conversaciones insustanciales.

Un abrazo

la luz tenue dijo...

Es verdad, Añil. Se añoran en cuanto se va el buen tiempo. Y es que parece que con el verano apetecen más las conversaciones insustanciales, los silencios, la contemplación...

Yo, pobre de mí, ya doy por terminado el verano.

Un abrazo.

Marta dijo...

Hace días que se encapotó el cielo, hay menos luz y no para de llover.
Parece como si el alegre universo de las terrazas y las conversaciones mezcladas y mojadas en espuma de cerveza quedaran ya muy muy lejanas...

dosdedos dijo...

La cerveza fria, la espalda mojada en la silla de plastico, el soplo de aire en la nuca humeda de sudor, el niño que grita en la mesa de al lado, el runrun del aire acondicionado que distribuye aire frio al interior y caliente al exterior, ese sopor que nos invade al pensar que se acaba el dia, la conversación que se mantiene por si misma y con vida propia, las cosas por hacer mientras contemplas como se deshace el hielo pegado al vaso, esas cosas que añoramos cuando no las tenemos...

la luz tenue dijo...

Muy bueno, Dosdedos.