viernes, abril 09, 2010

Historias del paro (I)

Estoy tan gordo que en la ducha no me veo la punta de los pies. A veces paso cerca del frigorífico y me llama. Susurra: Ven, ábreme, mira lo que tengo en las entrañas.

A veces tardo en conciliar el sueño y me levanto de madrugada a tomar leche con galletas y a mirar en la tele programas de tele-venta. Mojo galletas y miro la jeta de las vendedoras. Tienen una cara especial. Te miran como si te conocieran. Creen que saben lo que necesitas. Las galletas esponjosas se vierten en la taza y forman una pucha dulzona.

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