sábado, abril 17, 2010

Historias del paro (VIII)

Los primeros días Lidia me llamaba por teléfono. Hablábamos. Hablábamos mientras yo estaba recostado en el sofá y tenía cuidado de bajar el volumen al televisor. Me decía que me animara mientras en la pantalla yo veía la reposición de un episodio del Equipo A en la que salvaban a una chica de las garras de un malhechor.

2 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Te dejé en el dentista, amio, y ahora te reencuentro con este pequeño diario urgente y, como siempre, lleno de talento. Me alegro mucho y está de más decir que me pasaré con frecuencia, siempre es tu gusto leer tus historias cotidianas

la luz tenue dijo...

Ya me he acostumbrado al bruxismo. Ahora estoy con esta pequeña obligación diaria.
Un abrazo.