miércoles, mayo 02, 2007

Aventura
Subir a la terraza de un edificio nos hace añorar la aventura. Más si hace aire y se nos mueve el flequillo.

4 comentarios:

Mabalot dijo...

Para algunos, aventura, en una azotea, es igual a suicidio. A mí, en cambio, ese aire peleón me hace casi feliz.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¡Ay, y si el aire huele a mar, y si trae ecos de salitre, cuánto más respiramos nostalgia de aventura!

Manuel dijo...

Y vemos lo pequeños que somos... Tan cercanos a la nada...

Anónimo dijo...

Yo suelo sentirme el rey del mundo, cercana al todo, sentada en el bidé, conque en una terraza ni os cuento.