viernes, abril 24, 2009

A por espárragos (V)

Por fin llegamos al lugar en el que buscaríamos los espárragos. Me enseñaron a distinguir las esparragueras. Me pusieron una navajilla en las manos. Cele ordenó que nos desperdigáramos por las veredas. Olía a tomillo y a pino, aunque el pinar quedaba lejos. Había tocones de árboles, con círculos enmohecidos en su superficie. Unas flores amarillas crecían en hilera, a lo largo del camino. Hablábamos a voces, lejos unos de otros, mientras de vez en cuando todos se agachaban a por un espárrago. Yo no veía ni esparragueras ni, por supuesto, espárragos. Acabé por no mirar el suelo. Acabé por mirar al frente.

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