sábado, noviembre 18, 2006

Hombre con perro
Un perro que quiere mear y el dueño tira de la correa. Lo veo desde lejos. A veces las aceras son largas y rectas, y se puede ir observando aquello que te vas a cruzar.
Somos vecinos, nos paramos a hablar.
Nos preguntamos acerca de las próximas navidades, del trabajo. Cosas nimias. A mí me pesa la bolsa de la compra, pero también me inquieta el perro, que cada vez que alza la pata para mear recibe un tirón en el cuello, la correa tensa. Supongo que su dueño no quiere que haga sus necesidades aquí, pero veo al animal sufrir mientras transcurre la conversación. Qué malestar. Hasta luego, decimos. Y a mí se me afloja un poco la vejiga y deseo llegar pronto a casa.

2 comentarios:

conde-duque dijo...

jajaja, qué bueno...

la luz tenue dijo...

Hay gente, Conde-Duque, que le habla a los perros al subir al ascensor...